Cuando hagas lo que más temes, entonces podrás hacer cualquier cosa.
Eso dicen por ahí y es una gran verdad. Los seres humanos tenemos un fantástico radar que pone todos nuestros sistemas en alerta y nos lleva a actuar de formas que ni sabíamos que éramos capaces cuando nos enfrentamos al miedo.
Todos, en mayor o menor medida, tenemos miedo, y no me refiero a fobias o pánicos, que entran en otra categoría, sino a la ansiedad y el miedo a situaciones futuras, a pérdidas, a la reacción de otras personas, o el miedo al fracaso que es el más frecuente y el que más paraliza.
El miedo y la ansiedad son sensaciones corporales, emocionales y mentales muy complejas y reales para quien lo padece cada día
¿ QUÉ PODEMOS HACER PARA SENTIRNOS MEJOR?
A veces no sabemos muy bien cómo actuar y nos quedamos en un estado de estupor.
Dejar de sentirlo no es posible, pero aceptarlo sí y cuando hay aceptación siempre hay evolución, por eso te propongo éstas tres prácticas que yo empecé a aplicar en mi vida y por eso estoy segura que a ti también te ayudarán:
1. Hacer respiraciones conectadas.
No se trata de la respiración normal, sino una que consiste en un ciclo de cuatro pasos.
Prepárate soltando todo el aire y luego:
- Tapa el agujero derecho de tu nariz.
- Inhala por el izquierdo y cuenta hasta 2.
- Tapa el agujero izquierdo y exhala el aire por el derecho y cuenta hasta 2.
- Repite el ciclo mínimo unas 10 o 15 veces
Te prometo que con éste tipo de respiración consigues serenidad y lucidez. Esta técnica de respiración se la he enseñado a mi hijo que es un poco hiperactivo y le ayuda mucho.
Te animo a que lo pruebes.
2. Escribir, pintar, dibujar, expresarlo en papel.
Por experiencia propia os digo que no es lo mismo tener algo en tu cabeza dando vueltas a tenerlo escrito en un papel.
Esta afirmación vale para casi cualquier situación, pero sobre todo cuando tenemos miedo a enfrentar una situación que no deseamos, o a que algo no salga tan bien como esperamos.
Escribirlo o dibujar acerca de ello, te permite ver opciones y otros ángulos menos visibles desde tus pensamientos.
3. Saltar el miedo creando un nuevo marco de referencia.
Quiero decir, si tienes miedo a hablar en público, busca una actividad que te obligue a hacerlo aunque sea durante un par de minutos.
Al principio te sudarán las manos, pero una vez que arranques te darás cuenta que sí eres capaz y no era para tanto. Además, cuando te encuentres en una situación similar y vuelvas a sentir ese miedo, tu cerebro ya tendrá ese nuevo marco de referencia que le recuerde que ya has aprendido a salir airoso de esa situación.
Habéis subido la primera vez a una montaña rusa? ¿a qué es distinto el sentimiento cuando subes la segunda vez? ¡pues eso!
Y si utilizas estos tres ejercicios en conjunto será muchísimo mejor.
Tenlas por ahí a mano en tu memoria, para cuando vuelva esa pregunta a tu cabeza ¿tengo miedo … qué puedo hacer?
R E S P I R A PINTA O ESCRIBE ¡¡Pásale por encima !!
Te dejo un abrazo que te llegue al Alma.